DOCE. EL SUJETO DE LA ERA. OCT 022

#JusticiaParaSamuel

Hace un año que lincharon a Samuel Luiz en A Coruña y el Seminario Euraca se decidió a arrancar con un programa DOCE que, muy microscópicamente, le hiciera justicia, pensando en este acontecimiento como lo que es: una señal de la reacción en curso a los derechos y visibilidades conseguidos por las luchas lgtbq / feministas en los últimos años, y como una marca de la constante violencia que los cuerpos no normativos han sufrido en las calles del patriarcado. Pero los tiempos de nuestro seminario son tan lentos que ya ha pasado un año de trabajo hacia adentro para la organización del programa y otras cientos de señales más han venido a avisarnos de la ola de venganza y ultraredisciplinamiento de los cuerpos no blancos no cis no heteros que los masters del universo y los incels de las cloacas perciben como amenaza a su poder decadente, podrido, destructor. La insoportable masacre de jóvenes en la valla de Melilla, no muy diferente de la que a diario se hace en las fronteras de Europa, pero particularmente utilizada como celebración de un pacto de sangre entre España y Marruecos para continuar resolviendo bien la división del mundo entre blancos y no blancxs, entre trabajadorxs con derechos y trabajadorx sin derechos, entre cuerpos cuya vida importa y cuya vida no. La derogación del derecho al aborto en Estados Unidos para parar la ola de revueltas de las siervas de la reproducción que cada hombre ha tenido a su disposición a lo largo de los siglos, cuya fuerza internacionalista ha puesto en tensión la división del mundo entre el género que domina y el dominado, los trabajadores que producen mercancías por un salario y las trabajadoras que reproducen la fuerza de trabajo sin remuneración, la propia división del mundo en doses. No hay -no puede haber- igualdad mientras siga habiendo personas segregadas, violentadas, invisibilizadas y desposeídas de papeles, derechos, techo y sustento; sociedades que toleren una parte de la homosexualidad integrada pero masacren y niguen derechos a personas migrantes (como dijo Renate Costa en esta entrevista, min. 7.30)).

Porque si incluso algunas de las que esto escribimos en tan solo una vida hemos asistido a un 8M chiquito y a un 8M masivo y a una derechización fatal de una parte del feminismo, a una subcultura queer under y a una toma del mainstream por algunos de sus gestos, a la Veneno en prime time y al secretismo gay en todos los pueblos y ciudades a no ser las grandes, al Ya es ley de Argentina y la derogación del aborto en los US, a la cultura del 15M y a la de Vox, qué no habrá pasado en los más de 150 años que el feminismo lleva abriendo y ensanchando la grieta en el patriarcado capitalista, un cambio de la vida de lxs de abajo inimaginable segundos antes de suceder. No solo el derecho al aborto que las «petroleras» (con quienes abrimos en enero de 022 este programa) ni podían siquiera imaginar estando como estaban en los márgenes de la Comuna revolucionaria, sino el propio derecho a la Existencia, y sobre todo, el derecho a la Imaginación: que lo que hacemos y somos se vea, cuente, conforme imaginarios; y que otra forma de lo que somos se haga posible en el mundo. Inimaginable para Whitman la vida de Lorca, para Lorca la de Spicer, para Spicer la de Lemebel, para Lemebel la de Ioshua y, no obstante, unos a otros se contienen en el sueño que el deseo va abriendo con el cuerpo valiente que pusieron en sus escrituras. Un poco más próximas en el tiempo las vidas de Luz Pichel, Rita Indiana, Dalia Rosetti y Andrea Abreu trazan un mapa del sueño todavía más amplio en latitudes (Galicia > República Dominicana > Argentina > Canarias), imaginarios e imaginaciones por venir de parte de las chicas y chiques, de las ninias y adolescentes y ancianas, de las amigas para siempre, de las bolleras y bi y butch con y sin bulto seguro inimaginables para Gertrude Stein o Gloria Fuertes que las precedieron. 

Y es a esta escala, y es por abajo y por afuera de las divisiones por arriba y por el centro, y es a esta invención de las genealogías y convivencia de tiempos, y es a esta historia de cambios a veces en avanzada y a veces en retroceso pero siempre con efectos en los cuerpos de las othras (Sayak Valencia) a la que queremos remitir. Y es a esta fuerza imparable a la que queremos afirmar como propuesta contra (y no como reacción a) la reacción en curso, aunque ahora no esté de moda proponer sino solo destruir: la era feminista sigue viva y está abierta.

No hay un sujeto del feminismo, la feminista es el sujeto 


La era feminista va generando un sujeto que no cumple con lo que estaba previsto para ser dentro del patriarcado cada vez en cada uno de sus periodos. Tan imprevisto como para que unos filólogos del siglo XIX encuentren una cantiga de una amiga a una amiga hecha en el siglo XIII y se vean obligados a cambiarle el género, incapaces de dejar existir en el pasado lo que no quieren que sea en el presente ni de imaginar para el futuro lo que podría ser si lo dejáramos pasar. Por suerte la escritura dejó un rastro suficiente para que otras lectoras del futuro podamos releer desde otra era, reestableciendo la señal entre los tiempos. Porque por suerte la escritura no consiste solo en quién era quien la hizo sino en cómo hizo lo quizo quien la hizo: un artefacto de lenguaje que nos posibilita ser otrx que el previsto: trans-cender de la realidad cis a mundo algo mejor para todxs en tanto seres vivxs, tal y como describe Fernanda Laguna en una entrevista con Martín Baigorria en el Flasherito: «[…] cuando uno escribe […] uno posee otro tipo de movimientos. La tristeza en el mundo real es algo que te hace sufrir, es un abismo. Pero la tristeza cuando está en manos del poeta […] pasa a ser algo dulce o bello. Y entonces las sensaciones que podemos tener frente al mismo estado de tristeza se vuelven otra cosa con la poesía. Yo a eso lo llamo  la “realidad cis” ‒la tristeza con el dolor tal cual se percibe‒ y la “realidad trans” es la realidad del poeta, transmutada, donde la tristeza se puede volver algo bellísimo y puede hacer sentir una sensación totalmente diferente. Y así con todo: podés tener un corte de luz en tu casa y si escribís se puede convertir en estrellas o en un montón de cosas más. Esa es la “realidad trans”, transmutada».

No hay un sujeto del feminismo, la feminista es el sujeto, y su era va sucediéndose a través de diferentes momentos de lucha en los que ese sujeto se va condensando en cuerpos históricos concretos (comuneras, bolleras, trans, maricas, bi…), fundamentalmente caracterizados por su desnaturalización de lo que unos segundos antes suponía ser una mujer/femenino/afeminado/cativa en la sociedad patriarcal, y por su desidentificación de lo asignado, por su no ser hombre, o su serlo mal. Y estos momentos concretos del cuerpo feminista van abriendo las posibilidades no solo de tener derechos sino de Existir e Imaginar mediante, por un lado, unas vidas tan valientes como fue la de de Pedro Lemebel, cuyas solas presencias = gestualidades y lenguajes de por sí desobedientes de la norma social afirman cotidiana y políticamente que otras vidas, más vividas y más vívidas son posibles, que es posible ser en este mundo; y mediante, por  otro lado, unos textos como Tengo miedo, torero donde esas vidas se vuelven imaginario y sueño para quienes las leemos. Así que la propuesta de viaje número DOCE del Seminario Euraca consiste en ir a unos poquitos (cinco) de los cientos de momentos de la lucha feminista, de las comuneras del XIX a los maricas del XX a las ninias y bolleras del XXI y un flashbck-flashforward al siglo XIII, de la homosexualidad a la homofobia, del deseo a la potencia, de la potencia a la violencia,  a través de (mayormente) novelas tan exuberantes, hermosas y emocionantes como Papi, Panza de burro o Dame pelota, y poemas tan power como la Oda a Walt Whitman o el de la risa de cativa de Luz Pichel. Creemos que no solo por «ser mujeres» «ser bolleras» «ser maricas» las autoras sino por ser el feminismo un nuevo paradigma está cambiando la literatura que se hace y que nos gusta. Una textualidad a la que cabe más el cuerpo, el sexo y el desliz de todo tipo, formal e informal, no tan pesadamente psicologista ni familiriasta sino al revés, esto es, más bien, la confusión, el caos, la trama trepidante, la ya clásica promiscuidad, la ya clásica vitalidad voraz, el ya clásico enamoriscamiento permanente, la ya clásica sensualidad a mansalva de las desviadas… o el deseo, mi amor, el deseo… de leer, de escribir, de vivir, de que salga un verano para siempre. Y de, por primera vez en Euraca, explorar un nuevo género (literario): la Novela.

«yo soy una más de lxs que estamos aquí»  
(María del Monte)

«yo soy una más de ustedes»
(Isabel Pantoja)

«mariquita no, maricón que suena a bóveda»
(Miguel de Molina)

«quién no se ha dado un pipazo con una buena amiga»  
(Lola)

«si quieres conmigo, guapo, tendrás que amariconarte» 
(Lynn da Quebrada)

1939, acusado de beber semen en cálices, el reo replicó: 
«yo eso lo he bebido siempre directamente de la fuente»
(Álvaro Retana)

«queremos todo gratis, todo homosexual»
(se canta en Chile, en las manis)

«todo gratis, todo gay»
(rey feliz)




MUJERES QUE HABLABAN EN PÚBLICO
PRÓLOGO DECIMONÓNICO

V 21/1/022 · 18h

Visita sesgada a la exposición Con h minúscula
en la biblioteca del Museo Reina Sofía

«¡Somos por lo menos veinticinco mil!», dijo una mujer, subida a un púlpito, en una reunión pública, en una iglesia tomada durante la Comuna de París, para afianzar su propuesta de armar un batallón de putas que hiciera frente al ejército de Versalles. La aplaudieron mucho.

Trabajadoras sexuales, floristas, novelistas, periodistas, maestras de escuela, obreras fabriles, porteras, panaderas, lavanderas, sombrereras, costureras o cocineras se organizaron de un modo u otro mientras duró la Comuna: todas putas, según la propaganda de Estado. Según los hombres de Estado, la actividad política conducía a la inmoralidad y la inmoralidad a la actividad política. Suena bien, si lo piensas.

Al socorrido «putas» le siguió «petroleras», una síntesis exitosísima de amazonas, viragos, furias y arpías inventada en los días de la semaine sanglante, cuando el ejército asesinó a decenas de miles de comunerxs. Ardió París. Las petroleras eran mujeres a la vez deseables (iban por ahí con la teta fuera) e indeseables (feas con avaricia) y eran, sobre todo, menos que humanas. Prendían fuego a la propiedad entre gruñidos, entre graznidos, entre ladridos, no eran seres de palabra. Como telegrafió el corresponsal del Times: «Si la nación francesa estuviera compuesta sólo por mujeres, qué terrible nación sería».

La paranoia propietaria va más allá de lo inmueble, afecta también a los propietarios habituales del discurso. Propietarios, detentadores del discurso: quienes detienen lo que se mueve. Y resulta que las comuneras hablaban en público, escribían artículos y panfletos, escribieron libros. ¡Y tenían opiniones singulares! ¡No se limitaban a repetir lo que decían sus compañeros de lucha, incluso les llevaban la contraria! ¡Y actuaban autónomamente! Cuando no estaba luchando, buscaba pianos y órganos para tocar, rescataba animales callejeros, cuidaba de los heridos en el campo de batalla y ayudaba a organizar puestos de ambulancias en la ciudad. ¿Habría habido Comuna, de no defender ellas los famosos cañones de Montmartre? Esto es una invitación a conocerlas por sus obras.



LA LOCURA DEL FRENTE

V 28/10/022 – 18h 
Nadie Nunca Nada No – Calle Arganzuela, 9

La Loca del Frente, la protagonista de Tengo miedo, torero, es una homosexual y travesti vieja y pobre que acoge en su casa a un chico joven y a su círculo revolucionario a riesgo de perderlo todo, y sobre todo la vida, en 1986, en plena dictadura de Augusto Pinochet, que también sale en esta novela como espejo pantanoso de la Loca, y su esposa, y el asistente afeminado de su esposa, el peligro permanente de que la femineidad todo lo absorba, corrompa y libere de sí. Pero la vida, nos vendría la Loca a enseñar, es esto que también se pierde de no vivirla o de vivirla a medias o a escondidas o de mentira, por eso ella borda, y canta, y pasea con una pamela como la de Rambal (el que canta Rodrigo Cuevas) por las calles de un estado dictatorial y por eso habla a la vez con filo y con ternura, con recargo y con verso, pero también directa cuando es caso, como la prosa de Lemebel, otra que tal baila. «Llibertá, Rambal Llibertá habian te llamado / Nun hai cosa mas valiosa y difícil de algamar«, y por eso este que leemos es un tratado, no, un tesoro, el botín guardado de una sabiduría muy compleja y a la vez sencilla, la de estar en el mundo como una es, aproximadamente, caiga quien caiga, aunque la más de las veces la que caiga sea una. 

¿Y de qué tendría miedo un torero tan valiente como la Loca? ¿De morir ella? ¿De que se muera su torero? ¿De que el deseo a una la desborde o que, peor, no le quepa al mundo, no sea correspondido? ¿O de todo a la vez? «Tengo miedo, torero / Tengo miedo cuando se abre tu capote / Tengo miedo, torero, / de que al borde de la tarde el temido grito flote / Pero cuando, torero, / jugueteas con la muerte, yo me olvido de mi miedo…«. De las miles de articulaciones y contradicciones y disyunciones que el libro de Lemebel expone y explota es la de la política vs el amor-sexo una de las más imprescindibles y adelantadas a su tiempo*, al mismo tiempo que en este texto se condensan articulaciones, contradicciones y disyunciones que ya venían exponiendo y explotando su verdad en miles de otros textos anteriores de la ¿tradición? literaria gay. El miedo y el valor extremo, la homofobia y la homosexualidad, el orgullo y el odio, el margen y el sueño, todo ello querríamos también poder ir leyendo en una pequeñita selección de poemas que desde el XIX hacia el XXI van haciendo aparecer una mirada cada vez más explícita del deseo marica, la locura del Frente de todas las locas que en el mundo han sido e inventado, entre otras cosas, su propia y particular (llamémosla mejor:) genealogía y geografía. Whitman observando a los muchachos bañarse en el mismo río al que Lorca años después cantará, Spicer traduciendo y/o inventando a Lorca desde San Francisco, Ioshua rezando por que la noche traiga chapas y chicos lindos, buenos, no violentos. 

* La novela, que fue publicada en 2001, recupera unas páginas escritas en los ochenta (vid. Ángela Segovia, Poéticas políticas en Chile durante los últimos cuarenta años).

Lecturas

> Pedro Lemebel, Tengo miedo torero (Seix Barral, Chile, 2001). Recientemente publicado en España en Las afueras (2021), pero en las bibliotecas hay ediciones anteriores de Anagrama, es muy fácil de conseguir para leer.
> Walt Whitman, aquí una selección de algunos poemas de Leaves of grass en edición de The Norton Anthology of Modern Poetry, 3rd edition, 2003; pero se encuentran por todas partes del internet, también en castellano traducidas all around (en Austral por ejemplo). Y aquí la serie más homo del libro, «Calamus».
> Federico García Lorca, «Oda a Walt Whitman«, Poeta en Nueva York  (1929/30), 1940.
> Jack Spicer, «Ode for Walt Whitman» y «Second letter to Federico García Lorca», de After Lorca, 1957. Los dos textos de están incluidos en este pdf que contiene algunos poemas buenísimos más que también sugerimos leer (se trata de una edición pirata de 1974 que hasta hace no mucho se encontraba por el internet, pero ya no, qué miedo que lo están matando al internet). 
> Ioshua, Para los pibe, Belleza y felicidad #67, 2008. Aquí el pdf. Lo puedes encontrar también en papel en la colección Más plata para todos de la Biblioteca de Bellas Artes de la UCM. Y en la re-edición que hicieron el espacio Pradera y la imprenta San Delfín con motivo de la exposición de la caja de Belleza y Felicidad en la primavera de 2022.

Extra

> Pedro Lemebel, «MANIFIESTO (Hablo por mi diferencia)«, leído en un acto político de la izquierda en el mismo septiembre de 1986 en el que ubica la novela.
> Pedro Lemebel, «La esquina es mi corazón (o los New Kids del bloque)» (1995).
> Ángela Segovia, unas páginas sobre Tengo miedo, torero en Poéticas políticas en Chile durante los últimos cuarenta años, TFM, Universitat de Barcelona, 2013. 
> Gabriela Wiener, entrevista a Pedro Lemebel republicada en el número 3 de la revista L/E/N/G/U/A/J/E/o.
> Podcast de maricapáginas sobre Tengo miedo, torero.
> Renate Costa, Cuchillo de palo, 2010. 




DOBLE SESIÓN
NINIAS & ADOLESCENTES

S 29/10/022
Campo Adentro – Calle del Buen Gobernador, 4

11H
EL ESTADO NO REPRODUCTIVO 

«El punk lo inventaron las ninias, no Inglaterra, ni los USA…
fueron las ninias». Goo. Kim Gordon (Sonic Youth)


Nos han interesado las ninias porque se supone que no interesan; por su presencia callada a pocos palmos de la tierra también callada, ahí en su esquina, mira que te mira. Nos importa su existencia radicalmente periférica y por eso también les decimos ninias, como les dicen allá lejos. De aquí cerca, las niñas de toda edad del flamenco: como en los raperos el lil, que singulariza a la vez que señala pertenencia a un grupo y una tradición, poner primero Niña (Pastori, de los Peines,...) disuelve individualidad y ego para al momento ofrecer la microdosis autobiográfica que fijará para el mundo una identidad. Así, las crías de los libros de esta sesión son a un tiempo idiosincráticas e intercambiables. Hay que avisar de que esta no es la infancia, ya sabéis, de un travesuras de la niña mala escrita por el señor ese, no: esa nos hace vomitar. Esa es mentira. En las obras de Luz Pichel, Andrea Abreu y Rita Indiana que vamos a leer y pensar juntxs, las ninias aparecen complejas, con amigas, solitas, aguantadoras, bolleras y formando parte de una clandestinísima Internacional Subalterna en la que comparten espacio con los perros, las ancianas, lxs de pueblo y las criadas. Pero la suya es una subalternidad que «no tiene edade de trabajar» ni en la producción ni en la reproducción (determinismo biológico acecha) y es, por lo tanto, ociosa, suelti-soltera, capaz de entrar y salir a su antojo… La ninia, como su socia en el otro extremo del espectro, la vieja, no es (re)productiva ni cosificable y por tanto su ser es, en esencia, anticapitalista y subversivo, y su cuerpo, en consecuencia, hace y deshace por gusto y gana, más directo, sin ley. «No sirve» (en el sentido de: ser inútil. Pero también: (no) suministrar a un cliente [lo que ha pedido]) así que sueña, planea, prueba, conecta. Vemos surgir bellas alianzas con el niño mariquita, con la gallina, con un montón de mujeres con quienes hemos de repartirnos el afecto de nuestro padre, y en la espera, nos enamoramos de ellas, siendo enamorarse a veces amistarse, a veces flashearse, a veces caer rendidas por un rayo de certeza. Y, trazando vínculos que, como decían las riot grrl, están pasando sin tu permiso, saltamos de lo rural gallego (de Pichel) a lo rural canario (de Abreu) por la vía de la voz y del lenguaje, mientras el tropicalismo de República Dominicana (Indiana) se le pega a unas islas que se apropian la injuria y reivindican su anticipación al futuro.

Lecturas

> Andrea Abreu, Panza de burro, Barrett, 2020. (Está en bibliotecas, tiendas de madriz, la gente lo tiene y presta, hay un pdf circulando por internet…).
> Andrea Abreu y Bego Antón, «El álbum«, en revista Esto es un cuerpo / Manos, nº1 (2021) (número agotado). 
> Rita Indiana, capítulo 4 de Papi, Periférica, 2011. 
> Luz Pichel, selección de poemas con voz y/o tema ninia de Cativa en su lughar (2012) y CO CO CO U (2017). 
> Playlist de Papi + Playlist de Panza de burro.

Otros materiales 

> Charles Baudelaire, «Viejecitas de París«, Las Flores del mal, 1861.
> Gloria Fuertes, Antología poética 1950-1969, Plaza y Janés, 1970. 
> Grey Gardens. De Albert Maysles, David Maysles, Muffie Meyer y Ellen Hovde, 1975. https://archive.org/details/clip.-grey-gardens
> Carlos Saura, Cría cuervos, 1975 > https://www.filmin.es/pelicula/cria-cuervos



16H
LO MÍO SÍ ES AMOR 

En la novela El fuego entre nosotras, un personaje llamado Dalia dice: «Siempre tuve un amor especial con la fantasía, con darle a las cosas comunes un algo más que las distinga». Creemos que la frase de Dalia-personaje se puede leer como la poética de Dalia-autora, que entiende la fantasía menos como extrañeza que como hinchazón de la realidad, y en la que la capa de delirio que parece cubrirlo todo consiste en un exceso puesto sobre la vida cotidiana y no tanto en el efecto de una alucinación. Esto va a ser un monográfico de Dalia Rosetti y, bien mirado, su exceso no es sino el del deseo como fuerza de cambio y forma de tensionar la percepción. Como por ejemplo cuando Rosetti, la protagonista de Dame pelota, deja su trabajo en la tienda de discos y con los 4000 pesos de la indemnización pretende comprarse la oveja que será la mascota de su equipo, ropa para sus shows de cumbiera y todo el material necesario para construirse una casita en Fiorito. Esa manera de estirar lo que está dado. Como por ejemplo que haya un personaje Dalia y un personaje Rosetti en las novelas de Dalia Rosetti, y que a la vez Dalia Rosetti, repetida y excesiva, sea el pseudónimo fantasioso, delirante y narrativo de la poeta argentina Fernanda Laguna.

A esta fantasía, a este deseo y a este exceso les vamos a llamar adolescencia, no porque se den en un periodo de tiempo equis comprendido entre dos cifras de una edad, sino porque se adherieren a una actitud marcada, en general, por el desborde. Muchas de las chicas de los textos de Dalia R. son o casi son adolescentes, pero muchas no, y se podría decir que menstruar o iniciarse en el sexo es para todas ellas, también para las más mayores, expresiones de deseo (fantasías) que afectan al cuerpo pero que para nada terminan en los límites de la biología.

Una idea de fantasía así, adolescente, que tensa la realidad desde el deseo, se concreta muy a menudo en el amor. Ideas muy simples de un amor carnal, ideas amorosas más complejas que entrañan decepción, tradición y estrategia. Amor = sexo = cuerpo (de mujer / de no hombre –los hombres se quedan en sus nombres: Aira, César, por ejemplo). «¿Es fácil o difícil enamorarse?», se pregunta Dalia-personaje otra vez. Pero esa pregunta, ¿qué querrá decir? Vista desde esta poética adolescente, la pregunta por el amor equivale a una pregunta por la escritura. ¿Es fácil o difícil escribir? Y aunque pareciera que ambas respuestas caen del lado de la facilidad (porque las chicas de Dalia no paran de enamorarse y porque su estilo destaca por una sencillez de frase directa, jerga, cotilleo, pique, etc.), algo muy poderoso invita a detenerse en la duda… Enamorarse: «mientras no está esa necesidad, no está, y cuando está, esa ausencia es infinita. Yo qué sé… ¿Qué sé yo del amor?«. 

Lecturas

> Dalia Rosetti, Dame pelotaMansalva, 2009.
> Dalia Rosetti, Me encantaría que gustes de mí, Mansalva, 2005, el capítulo del mismo nombre (páginas 7 a 44), enlazado aquí, y «Durazno reverdeciente», páginas 45 a 159, aquí.
> Dalia Rosetti,  Sueños y pesadillas, Mansalva, 2016, capítulos «El castillo», «Conocer a quien admirás» y «Yotemia» (páginas 25 a 50), enlace aquí.
> Dalia Rosetti, El fuego entre nosotras, Random House, 2021, capítulo «Lo mío sí es amor», páginas 57 a 60, enlace aquí.

Otros materiales   

> Clarisa Navas, Hoy partido a las tres (2017), se encuentra en Filmin, compartan claves.



CANTIGA DE AMIGX
EPÍLOGO MEDIEVAL 

D 30/10/022 17h
Campo AdentroCalle del Buen Gobernador, 4

¿Y si una cantiga recogida en el siglo XIII bajo la firma del trovador Pedro Eanes Solaz, “Dizia la ben-talhada”, hubiera llegado a nuestros días a través de ediciones provenientes de la acción filológicamente correctiva de señores académicos del siglo XIX, que habrían tenido a bien cambiar los pronombres femeninos de objeto que aparecen en el manuscrito original por masculinos, porque «como se sabe» en las cantigas de amigo una voz de mujer canta a su amor, sí, pero a su amor que es un amadO y no una amadA? ¿y si estos señores filólogos y los que les siguieron, al considerar que no podía ser que en esta cantiga una mujer penase por la ausencia de su amada, con su impune acción censora hubieran heterosexualizado el poema, borrando así el legado de uno de los pocos (cinco) textos de amor lesbiano medieval europeo que se conservan? ¿y si, aun cuando algunos estudiosos, como Carlos Callón, hayan denunciado la evidencia de esta censura, el filologismo como articulación pedagógica del patriarcado continuase negando mediante la interpretación que la mujer a la que efectivamente se refieren los pronombres femeninos en el manuscrito original sea la amada de una enamorada, apuntando a que se trata de una contrincante en lucha por conseguir el amor de un mismo hombre, o “solo” una amiga o en una traducción al italiano -que nos llega a través de Noni- que se trata del lamento por una mujer maltratada? ¿y si se hubiera obviado el nexo que une al trovador Pedro Eanes Solaz con la tradición árabe -presente, por ejemplo, en la expresión de origen arábico de otra famosa cantiga a él atribuida “edoi lelia doura”-, conservándose en esta tradición poemas de amor entre mujeres, como leemos en los versos andalusíes del s. XII: “entre las gacelas hay una humana / que posee mi alma y tiene mi corazón», atribuida a Zaynab o a Hamda bint Ziyad, hermanas y oriundas de Guadix? ¿y si esta cantiga no fuera una pieza única dentro de la lírica galaicoportuguesa, una de las mayores tradiciones de literatura en voz femenina (aunque sin constancia de trovadoras), tras la que podría rastrearse una tradición oral de mujeres? ¿y si esto no hubiera sido solo una gran pérdida para el patrimonio literario sino también para un sistema educativo, el nuestro, tan aplastado literariamente por las perpetuaciones de los usos académicos del XIX? ¿y si en el curriculum oficial por el que les niñes entran en contacto con la historia de la “Literatura Castellana”, que ofrece el regalo de acercarse a un verdadero tesoro lírico, en lenguas outras, como son las jarchas o las cantigas galaico portuguesas, se abriera, a través de una restitución y puesta en lectura de esta cantiga aún más a la posibilidad de un leernos como posibilidad abierta?

Lecturas

> Cantiga “Dizia la ben-talhada” y propuesta de traducción en proceso.
> Repositorio medievalista en el que se recoge la cantiga en la versión heterocensurada que ha prevalecido en las diversas ediciones del texto (véase también la nota aclaratoria al pie).
> En este mismo repositorio el facsímil del manuscrito en el que se leen los pronombres originales de la cantiga en femenino.

Para conocer el caso

> El artículo de Henrique Mariño: “El amante no era él, sino ella: la poesía lésbica medieval que fue censurada y convertida en un amor heterosexual” (Público, 2021)

Y para profundizar

> Los estudios de Carlos Callón, investigador que está desarrollando una gran labor de recuperación y visibilización en torno a la literatura homosexual en la Edad Media, en libros como Amigos e sodomitas. A configuración da homosexualidade na Idade Media, (Sotelo Blanco, 2011) y en artículos como los dedicados al caso de la cantiga que nos ocupa:
> «Dunha cantiga de amigA e doutras historias por contar”, en O Galo Canta, Nº 1, 2018.
> «Unha cantiga lésbica amatoria no trobadorismo galego-portugués«, en Scripta, Universitat de València. Vol. 15, 2020.

Otras lecturas con las que trabajaremos en la sesión

> El poema de Maia Duek “Mis amigas en una ronda” recogido en “La potencialidad cuir en la poesía lesbiana. Un estudio de caso: la Justa Poética, slam de poesía oral” de  Alejandra M. Zani,  Revista interdisciplinaria de estudios de género de El Colegio de México, vol. 7, 2021.
> Poemas de «Amatalea» de Luz Pichel (Alén Alén, La Uña Rota, 2021).
> Selección de Cantigas de Amigo, Amor y Escarnio para ser intervenidas.





CARTAS & CANTIGAS
DOS PRÁCTICAS DE ESCRITURA DEL PROGRAMA DOCE

En las sesiones del programa DOCE se propusieron dos prácticas para prolongar en la escritura lo que las muchas lecturas habían abierto. La primera práctica consistió en escribir cartas a algunx/s de lxs poetas del programa, siguiendo la pista de, por ejemplo, la carta a Lorca que Jack Spicer incluyó en After Lorca y que nosotras leímos la primera tarde. Las cartas recibidas por el Seminario (y que el Seminario, siempre que pudo, hizo llegar a sus destinatarias) están recopiladas en este pdf. Luz Pichel, María Salgado, Neme Arranz, Juan Carlos Fernández, Verónica Villarroya, Javier Pérez Iglesias, Marta Salgado, Urpi Reaño, Erea Fernández, Virginia Trueba escriben y contestan. Dalia Rosetti y Andrea Abreu acusan recibo y prometen respuesta.

La segunda práctica consistió en traducir adaptando como cada una quiso a la Era la lesbocantiga medieval “Dizia la ben-talhada, tal y como propuso Luz Pichel en las varias versiones que de ella compartió en la última sesión del DOCE. Todas las cantigas recibidas están juntas en este pdf, firmadas por Juan Carlos Fernández, Andrea Navacerrada, Alicia Juan Lobato,Verónica Villarroya y Francisco Agudo.